Aceite de ricino: El aceite de ricino, un aceite vegetal rico en ácido linoleico, ácido ricinoleico y vitamina E, nutre e hidrata el cabello y se recomienda para todo tipo de cabello, especialmente el seco, poroso y opaco. Un cabello nutrido puede ayudarlo a crecer más fuerte, previniendo la caída y el quiebre. El aceite de ricino también tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas, que ayudan a combatir la caspa.

Aloe vera: El aloe vera, también conocido como sábila, es una planta medicinal con numerosos beneficios para la salud. Se puede utilizar en diversos tratamientos de belleza, especialmente para el cabello y la piel, ya que previene las arrugas y estimula el crecimiento del cabello.

Pantenol: El pantenol es un precursor de la vitamina B5. Al aplicarse sobre la piel, se convierte en ácido pantoténico, una sustancia natural presente en nuestro organismo. Se utiliza en productos capilares por sus propiedades hidratantes, que aportan brillo, suavidad y fuerza al cabello.

Queratina: La queratina es una proteína fibrosa presente en las células epiteliales que recubren las superficies corporales, brindándoles fuerza y protección. Está presente, por ejemplo, en la formación del cabello, las uñas y la piel en los seres humanos.
El cabello está compuesto de proteínas, que le aportan fuerza, brillo, textura, suavidad y elasticidad. Las proteínas no solo actúan como barrera protectora contra factores externos, sino que también preservan los nutrientes y previenen la pérdida de agua.